Cine al aire libre: la proyección en plein air que no pasa nunca de moda
Desde el autocine hasta las proyecciones domésticas: el cine al aire libre conquista a todos
Magia y ritualidad: el cine al aire libre ha sido siempre un gran clásico del verano y reúne el encanto de la narración con toda la potencia de un rito colectivo, el momento de una película, que adquiere valor en virtud del espacio que lo alberga. Plazas, parques, retazos de ciudad: cuando se pone el sol, se transforman y permiten unas horas de entretenimiento ofreciendo frescura al calor del verano. En este particular momento histórico, el cine al aire libre representa una experiencia que nos permite recuperar el espacio público después del confinamiento, volviendo a apreciar una tradición que llega hasta nuestros días desde el autocine popular, en el respeto de las normas anti-COVID.
Las nuevas exigencias relativas al distanciamiento social reformulan el espacio; en toda Italia se multiplican los festivales de cine al aire libre caracterizados por una tradición que conjuga espacio interior y exterior y acompaña a la colectividad hacia la recuperación de las relaciones sociales. Redescubramos juntos una forma de entretenimiento creado en Alemania a comienzos del siglo XIX, que se ha vuelto a poner de moda el primer verano después de la cuarentena, y está listo para entrar al espacio exterior doméstico.
Cine al aire libre: de Alemania a Estados Unidos
Una amplia lona blanca, proyector y asientos para los espectadores: simple en la concepción, funcional y acogedor en las diferentes versiones que se han propuesto por el mundo hasta hoy, el cine al aire libre tiene origen en Alemania en 1916 y desde entonces no ha dejado de conquistar a los amantes del cine en plein air. Sin embargo, será un norteamericano, en 1933 en las proximidades de Filadelfia, quien desarrolló la idea del primer autocine, de hecho, organizó uno para su madre, invitándola a acomodarse en el coche para ver una película proyectada sobre una lona colgada de un árbol: así, casi por casualidad nació una forma de entretenimiento que alcanzaría su máxima difusión en los años ’50. La llegada a Italia del primer cine al aire libre data de 1957, cuando se inaugura un área cinematográfica de 60 mil metros cuadrados en el litoral de la región del Lacio. En casi todo el mundo el autocine ha conocido su parábola descendiente a finales de los años ‘70: en la actualidad quedan alrededor de 500 de los cuales, 400 en Estados Unidos.
El verano 2020 y el nuevo apogeo del cine al aire libre
Símbolo de las relajadas noches de verano de estilo estadounidense, hoy el cine al aire libre no solo ofrece una respuesta al deseo de disfrutar del verano pasando unas horas de relax en compañía, sino que también representa una oportunidad de recuperación de la industria cinematográfica, una fórmula eterna que marca el regreso al cine después de largos meses de cierre.
Por ello, esta forma de visión se prepara para vivir un nuevo apogeo: de hecho, el verano de 2020 marca un notable incremento de las ciudades que han elegido esta solución para combinar el aspecto experiencial con el de la seguridad sanitaria anti-COVID. Entre estas también se encuentra Bolonia, ciudad de la sede central de Corradi, que confirma también este año, en los límites de las indicaciones sanitarias, el esperado festival “Bajo las estrellas del cine”: el evento tiene lugar en el espléndido contexto de la Piazza Maggiore y es organizado por la Cineteca de Bolonia, el cine al aire libre más grande de Europa.
Moderno locus amoenus donde atesorar momentos de serenidad, el cine al aire libre marca el encuentro entre la dimensión exterior y la ritualidad del uso, representando una idea de sintonía entre el lugar y quien lo vive, de acuerdo con el estilo Corradi.
Cómo llevar el cine al espacio exterior doméstico
Una buena película al aire libre puede dar lugar también a una noche para pasar con los amigos o la familia en el espacio del propio jardín. Una experiencia que transforma el espacio exterior doméstico en un lugar especial donde recibir a los invitados para una noche de fiesta, si es posible, dedicada a los “imprescindibles” del séptimo arte. En este caso crear el propio cine al aire libre es muy simple y da grandes satisfacciones. A continuación, algunas reglas básicas para seguir para que sea un espacio acogedor y funcional:
- En primer lugar, se debe determinar con atención un rincón donde colocar la pantalla y los asientos: lo ideal, para una óptima visión al resguardo del viento o las corrientes de aire, es un espacio en una galería o protegido por una pérgola, soluciones en torno a las cuales gira la amplia gama de productos que Corradi ha estudiado para disfrutar del propio espacio exterior incluso durante las noches más frescas y de viento.
- El segundo paso para crear el propio rincón cinematográfico personal es disponer de un buen proyector y una barra de sonido. Además, es indispensable colocar una lona blanca bien tensa, si es posible entre dos árboles: la magia del cine, en definitiva, es esta.
- Uno de los aspectos a considerar para una noche de cine bajo las estrellas es el confort, lo que significa elegir cuidadosamente asientos cómodos para colocar en torno a la pantalla con cojines, pufs y suaves mantas de algodón.
- La iluminación desempeña un papel fundamental. Se recomienda elegir luces difusas que, además de no interferir con la pantalla, crean un ambiente relajante y elegante: los más tecnológicos podrán elegir un sistema específico con luces de energía solar o puf iluminados con led, mientras que los amantes del estilo romántico chic podrán optar por faroles o pequeñas lámparas colgantes, que embellecerán el ambiente llevando el encanto de la gran pantalla al centro del espacio exterior doméstico.
Cine al aire libre, la belleza de la vida vuelve a comenzar por aquí
Ya sea que se decida por participar en un festival en la plaza u organizar una noche de cine en el parque del propio jardín, este verano el cine retoma su actividad en el espacio exterior y se transforma cada vez más en protagonista, reconciliándose con los pequeños grandes placeres de la vida. Solo nos queda degustarlos, por otro lado, la estación recién comienza, ¿no?