Arquitectura y comunicación: la descripción de los proyectos de espacio exterior – Entrevista a Giorgio Tartaro
Con la llegada de 2020 ha concluido la segunda década de los años dos mil y son muchas las preguntas que inevitablemente plantea y que llevan la mirada al futuro, también para todo aquello relativo al espacio exterior. De hecho, en esta perspectiva nos debemos preguntar: ¿cuánto ha cambiado el espacio exterior en estos diez años y cómo cambiará en el futuro? ¿Y cómo narrar nuestro espacio de vida en un mundo que cambia continuamente, incluso en los medios de comunicación, siempre más fluidos, compartidos e innovadores?
Para responder a algunas de estas preguntas, hemos entrevistado a Giorgio Tartaro – periodista, autor y conductor televisivo – que desde hace tiempo se ocupa de proyectos de arquitectura y comunicación. Comenzando por el concepto de storytelling hasta llegar al de “biblioteca contemporánea”, nos ha revelado lo siguiente.
Arquitectura y comunicación: la importancia de la narración
El arte de contar es algo que siempre nos ha pertenecido desde la antigüedad, pero nunca como en estos últimos años se ha hablado de storytelling y de la importancia de “contar historias” eficaces y nuevas para involucrar y emocionar al propio público de referencia. Esta tendencia ha afectado a todos los ámbitos, incluso al del proyecto de espacios para vivir, tanto interior como exterior. Sin embargo, arquitectura y comunicación – y por tanto, narración – pueden parecer dos universos aparentemente lejanos entre sí. ¿Qué hay de verdad en esto?
“Desde hace muchos años trabajo en el mundo de la arquitectura y del diseño y me doy cuenta de que, cada vez que se narra un proyecto es posible apreciarlo y comprenderlo mejor”, así comienza Giorgio Tartaro a propósito de la importancia de la divulgación del proyecto, aspecto que le afecta de manera particular. De hecho, refiriéndose a la arquitectura, explica que “hasta que no la escuchas narrada por el arquitecto, no valoras completamente la parte estética del proyecto. Cuanto más te cuentan de ella, más la comprendes”.
Según Tartaro, las motivaciones se deben buscar en el hecho de que la comunicación forma parte del proyecto, mejor dicho, es ella misma el proyecto. “Cuando el arquitecto crea su nuevo trabajo, imagina también cómo transmitirlo con palabras: el storytelling forma parte intrínseca del diseño del producto. Significa que a menudo algunas soluciones arquitectónicas – espacio interior y exterior – nacen casi espontánea o contemporáneamente con la narración del proyecto”.
Las nuevas fronteras del espacio exterior
Como hemos dicho, con el año 2020 no solo se cierra otro año, sino también toda una década. Para Tartaro se trata de un momento histórico, sobre todo si considera todo lo que tenía que conseguir el protocolo de Kioto, “metas que, en cambio, no se han ignorado teniendo en cuenta lo que está sucediendo a nivel político y climático”, explica. Y sin embargo, continúa, “desde el punto de vista del diseño, existe una nueva cultura del espacio exterior: nos encontramos realmente enfrente de un greenfield, una pradera. El diseñador, que antes simplemente decoraba el espacio exterior, ahora construye e imagina nuevas arquitecturas ligeras pensadas para reapropiarse de los espacios exteriores”. Hacia esta dirección, están apuntando, en particular, los países de Europa del Norte, y también Tartaro lo confirma: “parece absurdo, pero allí hay más cultura del espacio exterior que en Italia, donde, teóricamente tendremos la posibilidad total de vivir en open air”.
Sin embargo, es necesario ser positivos, porque eso significa que existe un amplio margen de maniobra. “Corradi, por ejemplo, está trabajando en estos temas, que no solo afectan a la terraza de casa, y por tanto a un lugar privado de uso personal, sino a cuestiones más amplias y complejas. Estamos hablando de espacios públicos de la ciudad y cómo el proyecto de estos ambientes – pasando por infraestructuras y, por tanto, también medios públicos y carreteras de comunicación – de alguna manera contribuye a plasmar y difundir una nueva cultura del espacio exterior”. Por consiguiente, razonando en estos términos, el espacio exterior puede – y debe – ser un espacio compartido, evocando también el contexto urbano.
2010 vs. 2020: ¿qué ha cambiado?
“Ha pasado una época”, explica Tartaro, “2010 llegaba en un momento de crisis pero, también era momento de volver a empezar; actualmente, en 2020, somos todos más conscientes sobre el hecho de que, incluso a nivel energético, el espacio exterior es un auténtico pulmón”. De hecho, desde hace unos años estamos asistiendo a una revolución verde, que, gracias a tecnología e innovación, está apuntando a la creación de oasis urbanos. El objetivo de las empresas, por tanto, debería ser invertir cada vez más en la inclusión entre espacio interior y exterior. De hecho, las soluciones de Corradi se dirigen hacia la reconquista de espacios, que tenderán a ser cada vez más componibles y flexibles”, continúa el entrevistado.
Los espacios de vida de nuestras historias futuras
Si la ecosostenibilidad ya era uno de los aspectos imprescindibles de las tendencias de la vida contemporánea de 2019, ¿qué debemos esperar de 2020? Para Tartaro, hay una palabra clave en la base del cambio, y es: movilidad. “Yo vivo en Milán, me muevo en bici y veo cada vez más motos y automóviles eléctricos, con todo lo que ello implica, es decir columnas de recarga o uso de medios en car sharing. Esto parecería que no tiene nada que ver con el espacio exterior; sin embargo, modificará completamente la fisionomía del contexto urbano”. ¿La motivación? Estos inputs llevarán a la formación de una nueva idea de espacio exterior, que cambiará precisamente en función de lo que se verá reflejado en la vida cotidiana y por tanto, en la ciudad. “Si, antes, el espacio exterior era un rectángulo con sofás y una mesa de centro, ahora ya no es solo eso: puede ser un lugar donde se realizan otras actividades, como cocinar o entrenarse. Debemos redefinir los códigos del espacio exterior”. Para Tartaro, la novedad se está desarrollando: “la ciudad ya – o finalmente, se podría decir – está evolucionando. Por tanto, también la cultura del espacio exterior, junto con todo lo que ello implica, sufrirá mutaciones. “La movilidad es un punto de unión fundamental de nuestra vida diaria, porque lleva a vivir, a comer, a estudiar, a desplazarse en los espacios”.
¿Cómo narrar el espacio exterior? La biblioteca contemporánea
La realidad que se nos presenta en este comienzo de decenio es sin duda, completa y estratificada, se mueve rápida y fluidamente en canales transmediáticos. La comunicación está en todos lados, y no solo intercede en nuestra relación con la realidad, sino que la está plasmando literalmente (como en el caso de las decoraciones de perfecto “estilo instagram” de algunos locales). Por tanto, quien desea entrar en el mundo de la arquitectura y del proyecto de estos nuevos ambientes, no puede prescindir de esto, pero ¿cómo crear una conexión entre arquitectura y comunicación?
Como docente, Tartaro aconseja a los jóvenes diseñadores que entran en el mundo laboral que se concentren sobre la imagen. “La sustancia, sí, es importante, pero en la actualidad tenemos instrumentos increíbles, que son las redes sociales, entre otros. Por tanto, si tuviese que decirle algo a un joven que quiere realizar un proyecto, le diría: vale, tome los 30 perfiles Instagram más influyentes para ti, como el Matteo Thun o Cino Zucchi, mira qué hacen y qué publican. Ese no es solo un proyecto editorial sino también una declaración de intenciones. Se trata de un trabajo que los demás hacen por nosotros, y está allí, gratuito, disponible. Solo se requiere esfuerzo para comprender qué buscar. Antes la información que se necesitaba se encontraba solo en los libros, ahora está todo allí, al alcance de la mano” y para Tartaro esta es la biblioteca contemporánea.
Sin embargo, frente a esta potencialmente infinita cantidad de contenidos siempre disponibles, ¿qué se debe hacer? En particular, ¿cómo se deberían usar los medios sociales para conectar la arquitectura con el proyecto? A tal propósito, Tartaro tiene las ideas claras: “se deben usar del modo que definen método de etiquetado: se debe etiquetar, llamar la atención de los que están en las redes sociales y tomar sus contenidos” para iniciar un diálogo constante.
El valor humano como referencia para el futuro
Volvemos al punto de partida: arquitectura y comunicación. Como hemos visto, la velocidad y la facilidad de uso de las redes sociales permiten una mayor difusión y accesibilidad a contenidos de valor y la creación de historias nuevas y originales. Sin embargo, nos debemos preguntar: si todos pueden publicar todo, ¿en qué medida se resta importancia a esta "narración"? En realidad, explica Tartaro, siempre existe el riesgo, es verdad, pero en el fondo es lo que ya ha sucedido con la televisión, que representaba precisamente una mayor posibilidad de contenidos.
“Es necesario tener siempre una capacidad crítica y de uso. No solo debemos ser usados por las redes sociales, sino que debemos usarlas nosotros a su vez. Es necesario acordarse de las personas que tenemos como referencia, ir a buscar y ver qué están haciendo en este momento en las redes sociales. Es necesario volver a una nueva asiduidad en la web”. De hecho, en unos pocos años hemos pasado del analógico al digital, pero sin recibir ninguna indicación sobre cómo hacer frente a este nuevo modo de comunicarnos y ello, a menudo, ha causado bastantes problemas. Para Tartaro, en el futuro próximo se deberá intentar instaurar un equilibrio entre estos dos mundos que parecen contrapuestos: comunicación y personas. “Ahora – tenemos suerte, porque representamos a la generación de paso – debemos usar las estrategias propias de la relación humana y transferirlas al mundo social, que es etéreo y alfanumérico”, concluye.
Este 2020 se prevé, por tanto, repleto de nuevas posibilidades de vivir la casa y el espacio exterior, y de reproyectar el contexto urbano del futuro. Comunicarse con la arquitectura forma parte de este proceso de innovación: poder hacerlo de manera inclusiva y “humana” es el desafío del presente.