Arquitectura y hostelería: ¿cómo hacer para que los espacios interior y exterior sean realmente acogedores?
Vivir nuevas experiencias en espacios amplios, elegantes y cómodos, que nos brinden una sensación de máxima acogida y – ¿por qué no? – que nos sorprendan: esto es lo que esperamos si decidimos darnos un gusto con un spa con hidromasaje exterior, por ejemplo, o alojarnos en un hotel de cinco estrellas. Cuando hablamos de arquitectura para la hostelería, cada elemento debe ser estudiado minuciosamente para recibir y hacer sentir a gusto a quien nos visite en nuestro albergue o establecimiento. ¿Por dónde comenzar para el proyecto de estos ambientes – interior y exterior – destinados al buen recibimiento y a la hostelería? Se lo hemos preguntado al arquitecto Alberto Apostoli, del estudio Apostoli de Verona, quien nos ha contado cuáles son las palabras clave de este tipo de proyecto y, sobre todo, de la importancia que adquirirá el espacio exterior en el futuro próximo.
Respetar lo que nos ha dado la naturaleza
Ya sea que se trate de la creación de un hotel con piscina o de un albergue con balneario, para Apostoli el punto de partida es siempre uno: el estudio del espacio. “Yo comienzo por la orientación: por el sentido del viento, por la luz, por los conos visuales más bonitos en lugar de los que presentan desventajas. Estudio atentamente la posición de las habitaciones o de los lugares de referencia a lo que hay fuera”, explica. Como hemos visto, tener en cuenta el «fuera» es fundamental en el proceso de creación: Yo intento siempre combinar la opción de la decoración de interior y exterior con la filosofía que ya ha adoptado la naturaleza en el lugar específico de la intervención, buscando soluciones que se aproximen al máximo a lo que se tiene a disposición”. Un trabajo de análisis largo y complejo, que Apostoli define como “la creación del bienestar a través de la arquitectura, que no es la arquitectura para el bienestar, sino precisamente lo contrario”.
¿Qué cambiará? Una mirada al futuro
La difícil situación actual ha tenido un impacto importante en nuestra manera de vivir y también ha afectado negativamente al sector de la hostelería, considerando las restricciones actuales a los desplazamientos y la necesidad de establecer una distancia social. “Debemos aceptar el hecho de que probablemente será una condición con la que tendremos que convivir incluso en los próximos años. Cómo se proyectarán los albergues y los spas en el futuro es un tema que he comenzado a estudiar”, cuenta Apostoli. En particular, explica que está pensando en un tipo de certificación ISO asociada al mundo del bienestar, por tanto, a una serie de normas de validez internacional que hacen referencia a los sistemas de gestión de la calidad. Por consiguiente, el objetivo es proyectar un ambiente que sea, in primis, de fácil limpieza y monitorización y que tenga recorridos y accesos lo suficientemente grandes para permitir una gestión óptima de los clientes y de los operadores”, explica. Según el arquitecto, en el sector de la hostelería ya se está desarrollando un proceso, porque quien construye estas estructuras ya está acostumbrado a proyectar con una lógica dirigida no solo a la estética formal, sino también a su funcionalidad. “El gesto arquitectónico deberá revisarse considerando la gestión, con una óptica particular a la tutela de la salud. Nace así una nueva materia, para descubrir en su totalidad”.
Expandir los espacios debido a la emergencia: el papel de las empresas de la vida en el espacio exterior
Para el futuro, por tanto, el espacio exterior desempeñará un papel cada vez más central dentro de los proyectos. “Con el paso del tiempo, precisamente porque debemos expandir nuestros espacios” confirma Apostoli, “el espacio exterior será parte integrante de nuestra manera de vivir”. En este sentido, las empresas que trabajan en el mundo del espacio exterior pueden – y deben – proceder activamente para que se acelere este proceso. “Las empresas deben prestar atención al hecho de que el espacio exterior no puede – ni podrá – ser vivido solo durante el buen tiempo, sino también en situaciones más o menos extremas”. ¿Qué significa esto? “Desde el punto de vista técnico, no es un aspecto tan evidente, y pocas empresas trabajan en este sentido. De hecho, se crean complementos y arquitecturas ‘efímeros’, que sirven para crear espacios para utilizar casi exclusivamente cuando las condiciones climáticas son buenas”, especifica Apostoli. Por consiguiente, el desafío para el futuro será apostar por soluciones técnicas más evolucionadas y “desestacionalizadas”, y los diferentes sujetos del sector – arquitectos, diseñadores, empresas – deberán ofrecer a los clientes una idea de exterior nueva y actual. “Es necesario ir más allá del concepto de espacio exterior asociado al verano o a la primavera”, continúa el arquitecto, “para ofrecer estructuras que tengan una durabilidad y una garantía óptimas, y vayan más allá del periodo estándar, que indicativamente va de abril a octubre”.
Para no asociar el espacio exterior a unos pocos momentos del año, será necesario invertir en la climatización, en la iluminación y, por último, en la seguridad, en términos físicos, sanitarios y, obviamente, emocionales, apostando por un espacio exterior para vivir en cualquier estación, emblema de las soluciones Corradi y de la amplia gama de cierres y complementos proyectados para resistir a la lluvia y al viento. «El cliente debe sentirse seguro» añade el arquitecto, «por tanto, es necesario comunicar que el espacio exterior es una solución».
Cualquiera sea el futuro, haremos frente al mismo juntos con soluciones mejores para vivirlo.